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COP 16: Biodiversidad en Disputa

Pronunciamiento de organizaciones sociales de Costa Rica de cara a la COP 16  en Cali, Colombia.

Oct 21 – Nov 01 de 2024

La diversidad biológica, es crucial para el mantenimiento de la vida, los genes, los microorganismos, las especies, las poblaciones, los ecosistemas y la biósfera.  Lamentablemente, la biodiversidad global está en declive, aproximadamente un millón de especies están en riesgo de extinción, muchas en las próximas décadas, debido a un modelo de producción dominante que se basa en la explotación de la Naturaleza y de las personas, por medio de actividades extractivistas como el agronegocio, minería, monocultivos, uso excesivo de plaguicidas, mega represas, extracción petróleo, y otras que han venido causando una severa crisis climática,  bajo un sistema económico globalizado que no  respeta los límites planetarios.

La pérdida de biodiversidad y servicios ecosistémicos tiene consecuencias catastróficas porque un mundo sin diversidad es un lugar peligroso para todas las poblaciones, incluida la humana.

Estamos perdiendo biodiversidad ¿por qué? Las  actividades económicas extractivistas son la principal causa: minería, monocultivo, Ya en 1992, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medioambiente y el Desarrollo (CNUMAD), también conocida como la “Cumbre de la Tierra”, celebrada en Río de Janeiro, adoptó el Convenio Internacional sobre la Diversidad Biológica (CDB).

El Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) se propuso tres objetivos principales: conservación de la diversidad biológica, uso sostenible de la biodiversidad y participación justa y equitativa de los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos. Su objetivo general es promover medidas que conduzcan a un futuro sostenible. La Conferencia de las partes (COP), compuesta por todos los Estados «Partes», constituye el órgano supremo de la Convención, en el cual los países firmantes se comprometieron a promover economías sostenibles para vivir dentro de los límites ecológicos de nuestro planeta. Lamentablemente, desde su origen en 1993 la destrucción de la biodiversidad no solo no se ha detenido, sino que en estas tres décadas el planeta ha dejado zonas desérticas, destrucción de territorios y de  sus formas sostenibles de producción, destrucción de los bienes comunes, contaminación y una gran pobreza, denominadas zonas de sacrificio. Se ha acelerado la destrucción ambiental planetaria.

En junio de 1994 el Gobierno de Costa Rica ratifica el Convenio de Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (CDB), a partir de ahí se ha construido una institucionalidad relativamente funcional en el tema, hay mayor conciencia de algunos sectores de la población  y conocimiento sobre la importancia de las áreas de protección. 

Sin embargo, la imagen verde que los gobiernos de Costa Rica han promocionado en las últimas décadas, con fines comerciales, tanto dentro del país como hacia el exterior con el mensaje de que todo está bien en materia ambiental, lo que construye es un discurso engañoso que invisibilizan las diversas y profundas problemáticas ambientales que sufren día a día muchas comunidades en el país y acrecienta el favorecimiento del modelo de producción destructivo, por ejemplo:

  • Contaminación de grandes extensiones de territorios por agroquímicos que han venido envenenando el campo costarricense. Hay fuentes de agua contaminadas con bromacil, clorotalonil, mancozeb, entre otros y contaminación de suelos y aire en las zonas rurales. Hay reportes de  muerte masiva  de abejas, muerte y desaparición de poblaciones de peces.
  • Pérdida de ríos y biodiversidad por proyectos hidroeléctricos, sumado al no acceso al agua para la producción y la vida campesina.
  • Políticas agrarias que favorecen un modelo agroexportador extractivista que se centra en los monocultivos; este a su vez ha causado profundos desequilibrios económicos, sociales y ecológicos como acaparamiento de tierras, deforestación, pérdida de soberanía alimentaria, contaminación  y graves consecuencias en la salud de las poblaciones rurales.
  • Favorecimiento político de mega proyectos de desarrollo turístico con construcciones ilegales en  zona marítimo terrestre, como en humedales de playa Hermosa Puntarenas, humedales Caribe Sur y se quiere revivir el aeropuerto en Zona de Osa, amenazando el Humedal Térraba-Sierpe.
  • Distorsión y mutilación de Planes reguladores regionales, para favorecer al gran capital.
  • Deterioro de las Áreas Protegidas. Aunque se da un  incremento en la superficie bajo protección que hizo que se pasara  de 5.330 ha a 32.700 ha; ha traído consigo desvinculación de las comunidades con las áreas protegidas, con implicaciones políticas, económicas y sociales.  Sumado a que  se imposibilita el resguardo con la disminución de presupuesto que perjudica las labores de monitoreo y protección de la biodiversidad (el área a resguardar por persona funcionaria creció seis veces en un año).
  • Promoción desde el gobierno actual de la explotación minera, violentando los avances logrados por el sector social ambientalista en décadas pasadas.
  • Aumento e impunidad de agresiones y amenazas contra los Pueblos Indígenas costarricenses por defender su autonomía, tierra, territorio y derechos colectivos.
  • Políticas desde el Ejecutivo que cercena la participación social en espacios de toma de decisiones sobre aspectos ambientales y sobre biodiversidad específicamente.
  • Corrupción dentro de la institucionalidad pública, por ejemplo se dan permisos de deforestación en áreas protegidas-Caso Gandoca Manzanillo

Sumado a esto, por medio de una serie de medidas autoritarias se ha irrespetado la institucionalidad democrática y las leyes y normas que regulan la protección ambiental, mientras se ha perpetrado una constante violación de la independencia de poderes y de las instituciones autónomas, así como de las obligaciones constitucionales. Este gobierno no solo carece de políticas y acciones concretas de protección al ambiente, en general, y en particular en lo que respecta a la crisis climática, la situación del agua y el uso sistemático de agroquímicos tóxicos, sino que viola la normativa existente. El ministro de Ambiente y Energía sigue en la sombra, con una agenda desconocida, con una administración que vela por profundizar la destrucción ambiental y la desigualdad social.

2024 es una buena oportunidad para reflexionar y actuar por el clima y la biodiversidad, es urgente un “cambio transformador” y urgente para evitar el colapso. Es hora de dejar de hablar en términos de las distintas crisis: biodiversidad, clima, alimentación, desigualdad, y en su lugar hacerles frente como una crisis interconectada, a través de un cambio de sistema total.

Es el momento de dejar de promover falsas soluciones que le ponen un precio a la naturaleza, tal como la compensación de la biodiversidad y la cooperación con el sector privado, que arriesgan un nivel similar de interferencia de las grandes empresas tal como se ve en la cumbre climática de la CMNUCC y otros espacios de gobernanza multilateral.

El Gobierno de Costa Rica debe trabajar a favor de acuerdos sobre la biodiversidad que garanticen que vivamos dentro de los límites planetarios, enfrentando las causas estructurales,  frenando las prácticas y formas de producción que promueven la pérdida de biodiversidad, y promoviendo la agroecología, manejo comunitario de bosques, uso de semillas de polinización abierta, criollas y otras soluciones con base en las comunidades.

Es vital la participación de las personas en instancias políticas desde la colectividad, los movimientos sociales, en la legitimación y producción de la política pública desde y para los pueblos, en la disputa de sentidos. La biodiversidad que poseemos actualmente en Costa Rica ha sido cuidada históricamente y principalmente por la movilización y resistencia de las comunidades locales, pueblos indígenas, mujeres y los movimientos sociales y ecologistas, pero está siendo destruida por los intereses del capital.

Desde las organizaciones sociales reconocemos que sin la biodiversidad de semillas, de plantas, de animales, sin los bosques, sin ríos limpios y libres no se puede vivir. Por la defensa de una economía que ponga la vida en el centro.

Por lo tanto, hacemos un llamado al gobierno de Costa Rica para que en la COP16 se comprometa con acciones reales y  vinculantes, que se basen en la justicia ambiental y  que reconozcan y respeten los derechos de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales. Además, es necesario mayor  regulación a las empresas transnacionales, ya que son en nuestro país una amenaza a la conservación de los ecosistemas y las especies.

 

MAELA COSTA RICA

RED DE COORDINACIÓN EN BIODIVERSIDAD

COECOCEIBA-AMIGOS DE LA TIERRA

RED DE MUJERES RURALES DE COSTA RICA

ASOCIACIÓN TINAMASTE

FEDERACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DEL AMBIENTE-FECON

RED DE ESTUDIANTES DE SOCIOLOGÍA DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE

FRENAPI (FRENTE NACIONAL DE PUEBLOS INDÍGENAS)

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